En el Día contra la Violencia de Género las mujeres respondemos a quienes la niegan

No estamos todas, faltan las asesinadas. Las asesinadas son, en concreto, mil veintiocho desde 2003, año en que la cifra empezó a contabilizarse. Una cifra que asusta y enfada, y que hoy 25 de noviembre (día internacional contra la violencia de género) era recordada con más intención que nunca.

Durante la mañana, partidos y grupos políticos aludían en sus respectivas redes sociales a la importancia de luchar contra ese mal social que supone el machismo. Era el caso del PP, por ejemplo, que anunciaba en su cuenta de Twitter que «la violencia contra las mujeres no tiene ideología», tratando de despolitizar la reivindicación feminista. El problema es que la política es inherente a todos los aspectos de la vida, y más aún a los movimientos sociales. La palabra ideología se utiliza a la ligera, como si la ideología no impregnara todo lo que nos rodea, o, mejor dicho, como si todo lo que nos rodea no estuviera cargado de ideología. Y la ideología trae consigo ideas. Por eso resulta grotesco que aquellos que pactan con partidos que niegan la existencia de una violencia que acumula más de mil asesinatos – desde que éstos han empezado a registrarse -, publiquen luego un vídeo acompañado de semejante eslogan – que, por cierto, algo de político tiene.

El 25 de noviembre avanza, y se organizan distintas actividades de homenaje y recuerdo a las víctimas, así como de protesta contra la violencia patriarcal. Uno de estos actos institucionales se producía en el Ayuntamiento de Madrid, donde el grupo de extrema derecha VOX intentaba difundir su propaganda negacionista de la violencia de género. Ya lo hicieron el jueves 19 de septiembre durante el homenaje a la cuadragésimo segunda víctima de este año, una mujer de treinta años asesinada frente a sus hijas de ocho y diez años. Durante el acto convocado, Ortega-Smith y sus compañeros de partido aparecían con una pancarta distinta a la oficial, donde se leía que «la violencia no tiene género».

Hoy, tras hacer la misma reivindicación, Ortega-Smith se encontraba con Nadia Otmani, en silla de ruedas veinte años después de que su cuñado disparara tres veces contra ella mientras defendía a su hermana de una agresión. Otmani era clara: «respeten a las muertas«, pero el diputado de VOX no parecía dispuesto; titulado en arrogancia, ni siquiera la ha mirado a la cara. Quizás no la considerara digna de escuchar, pero la cuestión es que Nadia Otmani ha confrontado el discurso de VOX de forma más directa e implacable que ningún político hasta ahora.

Manifestación 25N de 2019 en Madrid | Fotografía: Inés Vigara Rey

Y llegó la tarde. Tras una mañana leyendo convocatorias de actos y mensajes en redes, me bajo del tren en Atocha para unirme a la manifestación. A mi alrededor, pancartas que rezan «¿CUÁNTAS MÁS DEBEN MORIR?» y gargantas que gritan «Sola o borracha quiero llegar a casa». Esta es la manifestación contra la violencia de género; esa que algunos se empeñan en negar. Mención especial para este colectivo; suena frente al Ayuntamiento un clamoroso «Almeida, cobarde, la calle está que arde», y un segundo cántico que eriza la piel: «¡Fuera fascistas de las instituciones!». Viajo con el bloque adecuado.

El recorrido empezaba en la Bolsa de Madrid y terminaba en la Puerta del Sol.

Esta mañana, Nadia Otmani se enfrentaba a Ortega-Smith con razones y, sobre todo, dignidad. Ahora, por la tarde – una tarde tranquila y no demasiado fría; noviembre le ha dado una tregua a la lucha – sus hermanas la corean, reivindicando lo que la presidenta de la asociación de mujeres Al Amal reclamaba esta mañana: respeto, justicia. Que aquí estamos. Que aquí seguimos, porque queda mucho por lo que luchar, y porque son muchas a las que recordar.

Las mujeres no se detienen. No lo harán hasta acabar con la lacra del machismo estructural; un machismo que ahoga, oprime y mata. Porque «si tú no luchas, hermana, nosotras te escuchamos». Porque «con ropa o sin ropa, mi cuerpo no se toca».

Mujeres de Entrebarrios SurEste | Fotografía: Inés Vigara Rey

La manifestación enfila la calle Alcalá, donde una enorme bola luminosa que desea unas Felices Fiestas en nombre de Madrid y un puesto de merchandising feminista nos recuerdan que pese al espíritu reivindicativo seguimos viviendo en la ley de la oferta y la demanda, hasta tal punto que hemos mercantilizado los movimientos sociales. La marea morada continúa su camino hasta Sol, arropada por luces de ensueño y cánticos cabreados. «¡Madrid, será, la tumba del machismo!», cantan las feministas; derechos de autor a los combatientes de la Guerra Civil que cantaban esta consigna, cambiando machismo por fascismo. Me acuerdo de algo: cuando VOX llegó a las instituciones madrileñas en mayo de este año, lo celebraron burlándose del «No pasarán» antifascista, anunciándose mediante un «Ya hemos pasado». Me es inevitable recordarlo al escuchar esta consigna de la que ahora se apropian las mujeres para su lucha. Madrid será la tumba del machismo. Ojalá y no sólo Madrid; ojalá, a partir de hoy, no tengamos que llorar a ninguna otra. Ojalá que ninguna menos.

Manifestación 25N 2019 | Fotografía: Inés Vigara Rey